Los Beatles y yo. Música y de todo un poco.

viernes, 30 de mayo de 2014

The Style Council

En los últimos días he recibido un buen regalo, un importante taco de discos de vinilo de mi querido cuñado Ricardo y su maravillosa esposa, o sea mi hermana Carmen. Qué puedo decir de ambos. En lo que nos trae aquí sí que puedo puntualizar que son personas con bastante gusto musical y responsables en gran medida de mi pasión por los Beatles. Con esto último ya queda dicho todo.

Volviendo al principio. Entre todos esos discos hay mucha, buena y variada música anglosajóna: Eagles, Van Morrison, Aretha Franklin, Stevie Wonder, John Lennon... Y entre todos ellos ha aparecido uno de esos grupos de los que había oído hablar pero nunca me había parado a escuchar: The Style Council. Me ha dejado bastante perplejo pues no esperaba algo así. Esa mezcla de estilos pasados por el tamiz del jazz y el rhythm & blues me ha dejado "ojiplático". Tampoco esperaba semejante giro musical de álguien como Paul Weller (The Jam), más cercano al rock y el punk. Pero es maravillosa esa sensación en tus oídos cuando descubres algo distinto, ese nuevo sonido que llevaba tiempo ahí pero que no había conseguido despertar mi atención. Toda una revelación.

El caso es que ha sido poner el disco Café Bleu en el plato y, como la Caroline de Poltergeist, he ido hacia la luz. Ya desde el primer tema van dejando claro lo que quieren hacer ¡qué piano! Y a lo largo de todo el disco esos sonidos jazzies, bossa nova, rhythm & blues y todo al mismo tiempo muy pop. Qué elegante. Así que esta vez no sé si destacar alguna canción en concreto porque me gusta todo. Dejo el enlace para que lo escuches entero, todo el disco, y este otro por escoger alguno.

Y ahora viene la reflexión, cuando me doy cuenta que todo eso había estado ahí y, sin embargo, no me había parado a escucharlo. Acaso no conocía Shout to the top o Walls come tumbling down. Hablamos de los mismos chicos. ¿Qué estaba haciendo?¿Hacia dónde estaba mirando yo cuando ésto sonaba? Sí, bueno, la chica esa del fondo con el jersey rojo, y la morena de ojos verdes y... efectivamente, todas ellas hacían interferencias, pero no es excusa para ello (en realidad un poco sí, así que dejémoslo ahí).
Así que, sí, lo sé. Cuando acabe de escribir todo esto, reconoceré hermanos que he pecado y me pondré cara a la pared y con los brazos en cruz por cometer semejante acto de agravio a la música.
Pero antes agradecer a Riki por su gran regalo. Por este disco y los otros cincuenta.
Cuánto me queda por aprender.
P.D. Cuando sea mayor quiero ser tan elegante como Paul Weller.

domingo, 11 de mayo de 2014

Billy Shears

Si hay algo que casi siempre ha sabido hacer nuestro buen amigo Ringo Starr es rodearse de gente que le quiere y le trata bien. En el fondo es un tío que cae bien a todo el mundo, qué leches. En los Beatles creo que era así como se sentía (excepto en alguna circunstancia por todos sabida). Pero la primera ocasión en la que sus amigos Lennon/McCartney se lo demostraron de verdad fue cuando le otorgaron su álter ego Billy Shears y cantaron con él aquello de que con una ayudita de sus amigos siempre saldría airoso de todo.
Así que supongo que cuando los Beatles se separaron se encontró más perdido que un gótico en una fiesta ibicenca. Pues no. Nada más alejado de la realidad, porque el tío en esa época no paraba. Comenzó una carrera en solitario con no mal pie pues su primer disco de estándares de jazz hasta entró en listas, colaboró con otros músicos y, sobre todo, se hizo un pequeño hueco en el cine. Pero musicalmente hemos de reconocer que no era el más dotado de los Beatles y él lo sabía, y más cuando su siguiente disco interesó menos que el primero. Así que hace un malabarismo y consigue algo que en su momento trajo cola, logra que sus excompañeros le echen una mano en su siguiente disco. Y, obviamente, muchos creyeron ver una posible reunión de los Beatles. Pero los Beatles no estuvieron juntos en el estudio, o no al menos los cuatro de golpe. Pese a todo algo debía tener Ringo "Shears" Starr para conseguir que los otros tres colaboraran en su disco.


Y los ex le dan unas canciones que algunas de ellas se convertirán en parte del repertorio más conocido del batería y que casi siempre incluirá en sus conciertos. Hablamos de I'm the greatest de John Lennon, un tema muy al estilo de Ringo con dedicatoria especial para el propio Billy Shears. Photograph firmado a pachas con George Harrison; You and me (babe), de Harrison y Mal Evans; y Sunshine life for me del guitarrista de los Beatles a la manera country & western tan del agrado de Ringo. Y por último Paul McCartney le pasa Six O'clock, interesante en el contenido, no tan conocida, pero para mi gusto con unos estribillos y un sintetizador un tanto petardos. I'm the greatest y Photograph junto con el clásico You're sixteen de los hermanos Sherman, también incluido en el disco, llegaron a lo más alto de las listas.


Pero volviendo al principio, Ringo no solo se rodea de sus excompañeros. También llama a unos cuantos amigos, consiguiendo un elenco importante que ya quisieran muchos para sí. The Band, Marc Bolan, Billy Preston, Harry Nilsson, Martha Reeves...

Particularmente, mis favoritas del disco son la que interpreta con parte de los miembros de The Band, Sunshine life for me (sail away Raymond), mezclando estilos como el country y la música tradicional irlandesa; Have you seen my baby, un rock original de Randy Newman y creador del You can leave your hat on llevado a la fama por Joe Cocker. Y la canción con la que se cierra el disco, You and me (babe).

En fin, de lo que trataba es de romper una lanza en favor de nuestro batería beatle con su primer gran éxito en solitario en aquel lejano 1973. Qué más quieres que te diga. Relájate, escúchalo sin cortapisas y, qué carajo, es un beatle rodeado de sus amigos. Y qué amigos. Por cierto, todos esos colegas están retratados en la portada.
Aquí tienes el disco completo , sin censuras y por si te apetece.