Los Beatles y yo. Música y de todo un poco.

domingo, 23 de agosto de 2015

Kisses on the bottom

Reconozco que cuando me enteré que Macca había sacado un disco de versiones jazzy me rechinaron un poco los dientes. Y que yo haga una reseña de este disco a estas alturas y que ha sido calificado por muchos como una pequeña cagada de su autor puede resultar al menos una cagada también por la mía, pero para reseñar los discos buenos ya hay otros. Y como a mí el jazz siempre me ha gustado pues ya está.
Cuando lees un poco del porqué lo hizo las cosas van cuadrando un poco. O al menos a mi me lo parece. Que si la vuelta a sus orígenes, la influencia de su padre... ese estilo que ya había dejado patente en sus días de beatle.


Sinceramente me gusta, con diferencia, respecto a sus trabajos con Fireman, a los que no quito su aquel pero que sí me parecen una extravagancia. Y lo comparo con esa faceta distinta porque ambos trabajos se salen de lo que suele hacer habitualmente. Hago lo que me da la real gana porque para eso soy Paul McCartney. Y chimpúm.

Hay quien reprueba la necesidad de un disco suyo de estas características. Hay quien critica su voz, supuestamente dotada para el rock pero no tanto para el jazz. Yo llevo años escuchando como Bob Dylan arrastra su voz por los escenarios y lo considero más criticable que esto.

En cualquier caso el tío logra reunir un gran elenco del mundo del jazz encabezado por Diana Krall. Y por el lado más pop-rock enrola a Eric Clapton, Joe Walsh (ex-Eagles y cuñado de Ringo Starr), Stevie Wonder...
Lo que no tengo tan claro es que si para hacer un disco de standars de jazz no podría haber elegido algún tema más conocido por la audiencia, pero como a fin de cuentas quien firma el disco es él pues ha metido aquello que tenía un significado relevante para sí mismo.

Así que si quieres al Macca de las grandes ocasiones no lo busques en este disco. "Solo" te enseña sus gustos musicales de infancia, pero muestra una parte de lo que luego plasmó en sus composiciones, porque esto estuvo diseminado a lo largo de su obra. Es innegable. Y tan malo no será que obtuvo una gran acogida por el público y hasta consiguió un Grammy. Aunque viendo a quién y qué otorgan este premio ya no sé si es positivo o negativo.

Hay un par de composiciones al estilo del disco realizadas por Pablito. La canción My Valentine es una de ellas. Se presentó con un vídeo llamativo y basado en el lenguaje de signos. Dicen los entendidos que se cometieron algunas "faltas de ortografía". No lo sé, porque no sé leer en tal lengua. Pero el vídeo en sí opino que tiene bastante fuerza. Y el disco tiene su gracia, creo.

domingo, 16 de agosto de 2015

Viajando en el tiempo

George siempre había fantaseado con eso de viajar en el tiempo. Con poder mirar aunque solo fuese a través de una agujerito y admirar un poco de lo que le esperaba más adelante. Sería curioso poder conocerse a sí mismo; o que uno mismo se contase lo que estaba viviendo; o poder ver con tu yo del futuro las mismas cosas al mismo tiempo; o... ¡joder, qué fumada!... Pero estaría bien, en cualquier caso.

Con estas absurdas ideas cayó sobre la cama. Supongo que el ácido que se había tomado estaba haciendo efecto, y sintió como el colchón lo abrazaba como si fuera a hacerlo desaparecer, casi como una vuelta al útero ¡Qué increible sensación! ¡Qué bienestar!

Y siguió con su historia mientras todo desaparecía a su alrededor, con el encuentro consigo mismo y su experiencia lisérgica... 

domingo, 2 de agosto de 2015

Cuatro años ya.

Cuatro años dan para mucho. Y en todo este tiempo, desde aquella primera entrada, han pasado muchas cosas. Incluso más de las que yo podría haber llegado siquiera a intuir. Y hablo estrictamente de lo que ha dado de sí este humilde blog. Lo que comenzó como un mundo diferente pero pequeñito, muy pequeñito, casi circunscrito a mi persona y por dar rienda suelta a mis pasiones musicales, se ha ido agrandando poco a poco pero inexorablemente. Casi sin darme cuenta. Pero ha pasado. Y han entrado otras personas. Y yo pensando que escribía solo para mí. Pero no. No había un vacío, ni la nada, ni un agujero en el bolsillo por el que se escapaban las cosas. Había alguien que leía lo que escribía. Increible, pero cierto. Y no solo leían las letras que yo juntaba con mejor o peor acierto sino que les daba por comentarlas. Vuelta a la estupefacción. Aunque aún hay más. A algunas de esas criaturas humanas he podido llegar a ponerles cara y ¡hasta cuerpo y voz! No, no eran imaginaciones de la mente calenturienta de un bloguero. Y sí, conocí de primera mano a otros como yo. Como yo. Quizás esto último suene raro. Pero es así. Básicamente aficionados a la música (la buena música), los Beatles (ese grupo inglés) y algunas otras cosas. Pero si hasta hemos ido de concierto. Qué momentazo.
En fín, que este mundo diferente ha hecho honor al nombre; no ya por el que escribe aquí de vez en cuando sino por los que de una u otra manera, tanto en el mismo blog como fuera de él, han hecho posible llegar hasta aquí. Lo que venga después es otra historia.